martes, 6 de diciembre de 2011

El desnudo del alma le perturba desde siempre, rompe con los estigmas y sus etiquetas atribuidas desde hace tiempo; se los había ganado con trabajo, pero hoy, todo era tan diferente, tan normal que no se reconocía dentro de los parámetros que se estableció.

Respira profundamente mientras se deja visualizar en tercera persona desde la calle, ¿cómo lo veían? Sin embargo, era una pregunta inútil, aquí la gente no percibe absolutamente nada, ni aquello que está frente a si.

Llovía, saco la mano al balcón y dejó que las gotas cayeran sobre sus dedos una tras otra, solamente sintió la humedad que delineaba el tiempo que ahí se había formado, cerro los ojos y las mismas gotas respondían a sus reflejos que visualizo con la imaginación.

El viento circulaba, refería a historias simples que en conjunto complicaban la respuesta humana, descifrar al individuo, de lo particular a lo general, si es que se conoce tal cual, puesto que nuestra existencia se ha determinado a la mentira y la sutura de aquellos huecos que no se contemplaron y que permanecen escondidos.

Observar es complicado, es como una ley que se fragmenta sobre el papel y el caos se vuelve necesario, un caos de acciones simples que dejan al descubierto al ser completo, la célula dentro del organismo.

Ser mudo ante los demás y un conversador insaciable consigo mismo, ser un observador que exhala con las acciones externas, él vive ante la perspectivas que solo vislumbra pero con las que no se permite interactuar directamente.

1 comentario:

  1. Porque hay una libertad quizá imaginaria en observar. El voyeaur piensa que no toca las cosas que las tras-ciende. Todo esta en pasar de largo.

    Saludos!!

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